Ferran Soriano, vice del Barcelona: “Por el marketing, el futuro del fútbol será en China y Japón”

Ferran Soriano, vicepresidente del FC Barcelona, brindó una excelente entrevista para el diario Vanguardia de México. A continuación, la reproducción completa del artículo.

En el año 2003, Ferran Soriano ganó las elecciones como vicepresidente económico de un club Barcelona al borde de la quiebra, con una deuda de 186 millones de euros y cuatro años sin conseguir un galardón. Entonces, bajo el mando de Joan Laporta, Soriano y otros directivos comenzaron a construir un equipo ganador, a sanear las cuentas y conseguir que el cuadro blaugrana tuviera aficionados en cualquier rincón del mundo.
El éxito del Barça todos lo conocemos, pero los detalles no. Ferran Soriano acaba de publicar un libro en el que explica su experiencia durante cinco años como vicepresidente blaugrana. En La pelota no entra por azar, el empresario y consultor nos enseña cómo se construye un equipo ganador, cómo se comporta un buen líder y cómo se toman las decisiones en un club de futbol. En palabras del escritor “éste es mucho más que un libro de futbol y un libro de gestión de empresas.”
¿Cómo se construye un equipo ganador?
El Barcelona tiene una identidad histórica y la idea era recuperarla. No fue fácil. En los primeros seis meses tuvimos el peor campeonato del Barcelona en muchos años. Hoy, seis años después, el equipo está en la cima del mundo. ¿Cómo?, atacando tres puntos: talento técnico, compromiso con la victoria y equilibrio. Cada jugador debe saber cuál es su labor.
¿No basta con tener jugadores talentosos?
Por ejemplo, la selección brasileña en la que jugaban Ronaldinho, Kaká y Ronaldo estaba plagada de estrellas, pero era un equipo que no estaba equilibrado. Y el actual Barcelona es un equipo equilibrado. Todo mundo sabe lo que tiene que hacer y lo aceptan. Y en muchos no es fácil aceptar que el jugador de al lado tiene más talento.
Ustedes apostaron por Ronaldinho.

Fue un aspecto técnico. Estamos convencidos que el mejor marketing es ganar y en aquel tiempo, Ronaldinho era el mejor del mundo. Hay equipos que sólo apuestan al marketing.

Los jugadores mediáticos brillan más, pero en la cancha debe haber un equipo que gane. El ejemplo claro fue el Real Madrid de los Galácticos. Sus jugadores eran tan estrellas que se hacía difícil gestionarlos. Fue difícil que jugaran como equipo. Algo parecido ocurrió al Barcelona de Rijkaard, que de ganarlo todo se quedaron con las manos vacías. Llegaba otra vez el momento de renovarse.
Leyendo su libro, llama la atención que ahora estén en extinción los jugadores de un solo equipo.
El futbol se ha globalizado, se ha convertido en una industria gigante y hay que aceptarlo. El romanticismo, en este caso, no aplica. Es parte de la industria y ayuda a nuevas motivaciones.
Hábleme de Mickey Mouse y David Beckham.
El futbol, como Walt Disney, es una empresa de divertimento.
Hace 30 años el ingreso de un equipo eran las taquillas para observar un espectáculo en vivo. Ahora es otra cosa, ahora igual que Disney tiene a Micky Mouse y con él hace programas de televisión, películas, vende sombreros, playeras, tiene incluso un parque temático. El Real Madrid tuvo a Beckham y todo el marketing.
El gran negocio de la TV y el marketing.
Hoy en día, Barcelona ingresa al año 25 millones de euros por entrar al estadio en días que no son de partido, por la gente que va al museo, a la tienda y visitar el estadio.
Tienen aficionados en todos los rincones del mundo.
Es la apuesta. En lugares donde el futbol local no es fuerte, venderle al aficionado al futbol la posibilidad de ser fanático blaugrana a la distancia. Ver los juegos por televisión, comprar souvenirs originales e incluso ser socio del club.
¿Cómo decirle a un chino que le vaya al Barcelona?
El mercado asiático es fuerte y carece de equipos mediáticos, por ello voltean a Europa y se deciden por los ganadores. Nosotros ganamos la Liga, la Copa y la Champions, por lo que muchos miran al equipo y sus jugadores como un ejemplo de triunfadores.
En los 90s en México le íbamos al Real Madrid por Hugo (Sánchez) y después nos cambiamos al Barcelona por Rafa Márquez. ¿La idea de contratar a Rafa fue pensada en el aspecto de conquistar nuestro mercado?
No. Fue una suerte para el club, porque es verdad que el atractivo para México fue la llegada de Rafa. Hace tres años, las estadísticas de venta de playeras revelan que el primer país no europeo en ventas era México. El segundo fue Japón. La elección de Rafa tiene que ver con su calidad técnica.
El modelo español, distinto al modelo americano.
La MLS trabaja en equipo, adidas viste a todos los clubes y el draft ayuda a que sea pareja la competencia. En España es distinto, sólo existen dos equipos llamados Barcelona y Real Madrid y nosotros siempre queremos ganarlo todo. Además, en Estados Unidos tienen tope salarial y eso no podría ser en nuestra liga. Otro ejemplo: en España el 80 por ciento de ganancias por la TV se la llevan los dos equipos que mencioné, mientras que en la MLS la ganancia se reparte para todos y la TV transmite todos los juegos.
¿Por qué no crear un equipo Barcelona USA?
Lo checamos en su momento y la gente de Estados Unidos prefiere ver al verdadero Barcelona (por TV), que un club con el mismo uniforme pero con jugadores de distinto nivel. Incluso allá, la gente prefiere a las Chivas originales que Chivas USA.
¿No han pensado en armar un equipo como los de la NBA, con jugadores de todo el mundo?
Sería fantástico, pero no se puede. La regla número uno es que ‘hay que ganar’. Y para eso, tu entrenador te pedirá los mejores jugadores. Para la mercadotecnia sería fabuloso tener un chino en el equipo, pero no hay uno con la calidad para jugar en el equipo.
¿No es obsceno el precio actual que se da por jugadores como Cristiano Ronaldo?
Hay demanda, hay quien pagará asientos en el estadio, televisión de paga, sponsors que levantan la mano. El problema es humano para un jugador que ganará más de medio millón de pesos al día. Algunos no están preparados para ganar tanto.
¿Qué ocurrió en el caso de Giovani dos Santos?
Fue demasiado rápido y no le ayudó mucho estar al lado de Messi. Quiso crecer al mismo ritmo y como el argentino, sólo se da uno cada 30 años.
¿Cómo mira al futbol mexicano?
Como un lugar de oportunidades, con suficiente demanda y se paga bien. Pero el reto de México es irse al exterior, pues aquí no te ve nadie.
¿Cómo será el negocio del futbol dentro de diez años?
Creo que el futuro será en China y Japón, por el marketing. La afición estará más pendiente de equipos como Barcelona, Real Madrid, Manchester United e Inter, que por los clubes de su país.
¿Para quién va dirigido su libro?
A los aficionados al futbol que quieren entender qué hay detrás de las decisiones que toman los clubes y para la gente dedicada a los negocios. El libro ya salió en España y México y se publicará también en portugués, inglés, italiano y checo.
Coméntenos cómo es “la medida del pastel”.
En los años 80, la televisión ya comenzaba a llevar el futbol a todas partes. Se estaba convirtiendo en un deporte global. Los clubes comenzaban a trascender sus mercados locales y para todos, el grueso de los ingresos provenía de la venta de abonos a socios y de entradas a los aficionados en general. Un show en vivo y en directo.
Dicho modelo estuvo vigente hasta los años 90. El cambio se produjo una vez que se rompió el monopolio de las televisiones públicas. La llegada de las privadas tuvo como efecto inmediato la pugna por los derechos de retransmisión de los partidos. Los derechos se dispararon al alza y los derechos de televisión pasaron a ser una fuente de ingresos de los clubes progresivamente más importante que la venta de entradas o abonos. La gestión de los derechos audiovisuales se convirtió en una parte fundamental del negocio del futbol.
Los clubes tenían más dinero y más jugadores para fichar. Los clubes, con los bolsillos llenos, se lanzaron al mercado y generaron inflación de precios en los traspasos y salarios.
A la entrada del siglo XXI , para hacer frente a las crecientes necesidades económicas, los clubes, especialmente los más grandes y globales, fueron generando una tercera fuente de ingresos: el marketing. Se trata, básicamente, de los ingresos que los clubes reciben de sus patrocinadores, del merchandinsing y de las giras y partidos amistosos que se juegan, generalmente, en ciudades y países alejados de las ciudades en las que se ubican los clubes.
Ahora el terreno es una gran masa de adolescentes y aficionados de todas las edades, fanáticamente vírgenes, que son compradores potenciales de camisetas o de partidos de TV y que están situados en ciudades tan alejadas como Tokio, Toronto o Shanghai.

Foto: El Mundo