Review | Probamos el FIFA 19

Para los más puristas del fútbol posesional, el FIFA en los últimos años había dejado de ser una experiencia placentera; más que nada porque lo más efectivo era poner puntas veloces, correr por las bandas, tirar el centro y en un gran porcentaje de las situaciones terminaría en gol. Tener jugadores como Toni Kroos, Luka Modrić, Sergio Busquets o similares en la plantilla, resultaba casi estéril. Por suerte, eso cambió, aunque tampoco drásticamente. Es decir, se bajó el ritmo de juego, se permite jugar a los pases por el medio; pero no quita que la otra fórmula no siga siendo por demás eficaz.

Las pruebas frente a la CPU fueron realizadas en dificultad ‘Leyenda’ o ‘Ultimate’ cuando jugamos en nuestro modo carrera con el querido Queens Park Rangers. Como es de esperarse, en estos niveles altos, ciertas cuestiones a veces se desvirtúan un poco, al igual que pasa en el PES 2019. El modesto Millwall es capaz de encadenar veinte pases seguidos al pie con una precisión digna de equipos de Guardiola. Lo convierte en un desafío, sí; aunque no quita que se pierda realismo. Por su parte, nuestros jugadores del QPR, de promedio 70 más o menos, sí encuentran dificultades, como por ejemplo a la hora de controlar el balón (siempre y cuando no tengamos todos los controles en automático).

En el Modo Carrera, nuestro modo preferido, incluso por sobre Ultimate Team, las cuestiones también cambian. Debe ser la primera vez en la historia de la saga que se logra hacer lo que el Pro Evolution Soccer solía hacer a la perfección. Se puede jugar cinco fechas consecutivas y nos encontraremos con cinco estilos distintos de los rivales. Unos juegan a la posesión, otros a la presión alta, algunos estacionan el colectivo, mientras el resto juega a la contra. Es decir, uno como jugador se tiene que amoldar. Se terminaron los tiempos en los que se jugaba siempre igual. Ya era hora; tardó, pero llegó.

En cuanto a nuestra dinámica como entrenador, el mayor salto se da en la opción de configurar a nuestro gusto/criterio qué sucede con el equipo cuando movemos el balance de neutro, a ofensivo o defensivo. Así, podremos lograr que el equipo se pare realmente como nosotros queremos, más que nada a la hora de salir a buscar un resultado sobre el final, o meternos todos atrás para defender la ventaja. En ese sentido, el resto se mantiene casi igual. Mismas instrucciones para los jugadores, formaciones y configuración en general; y por suerte se mantiene la opción de hacer sustituciones rápidas cuando el juego se detiene.

Donde realmente se destaca sobre su rival japonés es en el juego de contacto; así como en los arqueros. En el primer ítem se ven choques realmente muy reales, forcejeo, lucha a la hora de disputar un balón aéreo, y demás. Tal vez, aquí podemos encontrar un asterisco, donde ante ciertas situaciones que el árbitro debería cobrar falta no lo hace, y viceversa. Pero son cosas que se pueden ir puliendo con actualizaciones. La diferencia entre FIFA 19 y PES 2019 con los arqueros es enorme. Movimientos mucho más realistas, no están anclados al arco, e incluso los arqueros de menor categoría cometen errores de rebotes algo insólitos. Muy buenos.

A nuestro criterio el gameplay mejoró bastante con respecto a su antecesor. Abierto a más estilos de juego, con más animaciones, disparos, controles, y posibilidades de dirección. Una experiencia entretenida. 8,5/10

En todo lo que respecta a lo offline podemos decir que hubo cambios, pero no los que todos esperábamos. Primero vamos a ir con las novedades. La partida rápida se vio renovada completamente. Más allá de los partidos comunes, se pueden disputar finales de copas (entre las tantas licenciadas que hay), series ida y vuelta; añadiendo toda una estadísticas histórica que acompaña para no olvidarse quién es el rey del FIFA.

Pero lo más interesante, sobre todo cuando se juega con amigos, es la posibilidad de tunear las reglas del juego, o incluso suprimirlas. Poder jugar sin regla del offside, haciendo que los goles de afuera del área valgan doble, o incluso perder un jugador cada vez que se hace un gol. Básicamente es la respuesta al modo de selección de jugadores al azar del PES. Le da ese componente bizarro y divertido que nos hará pasar horas y horas sin darnos cuenta. Ojalá con el correr de los años siga agregando opciones.

La gran decepción es, nuevamente, el Modo Carrera. Debe ser el primer año que no hay novedad alguna significativa, más allá de las licencias (que no es una cuestión menor) y los mencionados cambios en el gameplay (aunque se supone que eso afecta a todos los modos). Las innovaciones son más bien visuales, como por ejemplo los cortos con el jugador del mes o el sorteo de la Champions League.

Seguimos teniendo poco manejo del presupuesto, aunque se solucionó el incremento del mismo de temporada a temporada ante buenos resultados. No entendemos por qué se suprimió la opción de requerir más fondos a la dirigencia a cambios de mejorar los objetivos de la temporada. Los entrenamientos siguen siendo productivos, pero siguen sin añadir la opción de entrenar todos los jugadores en conjunto. Ni hablar del problema de calendario que pasamos dos semanas sin jugar, y de golpe tenemos cuatro partidos en ocho días.

No todo es Ultimate Team, aunque sea lo que más dinero les genere. Ojalá vuelvan a pensar en aquellos jugadores que quieren pasar horas y horas haciendo mejorar su club, manejando las transferencias, desarrollando las inferiores y más. ¿Será en 2020? Sinceramente, no lo creemos, pero no perdemos las esperanzas.

En cuanto a The Journey, el último capítulo de la historia ahora se segmenta en tres, continuando el camino de Alex Hunter rumbo a la Champions League; mientras que Danny Williams sigue luchando por hacerse su espacio en la Premier League. Lo novedoso viene de la mano de la inclusión de Kim Hunter, hermana de Alex, que jugará la Copa del Mundo femenina con la selección de Estados Unidos. Un buen recurso para adentrarnos en el fútbol femenino, y porqué no, atraer más mujeres al juego. 7,5/10

No todo el foco del juego está puesto acá, pero una gran mayoría del esfuerzo sí lo está. Año a año el desafío pasa por mejorar el FIFA Ultimate Team, ofrecer nuevas variantes, cartas, modos, recompensas y demás. Básicamente, tal como ya mencionamos, la vista está puesta ahí porque es lo que maneja dinero; mucho dinero. Es más, nos animamos a decir que los ingresos de las ventas de las copias ya pasan a ser accesorio al lado de lo que ‘mueve’ el FUT.

Comenzando por las cartas en sí, la esencia del modo, tienen un completo rediseño desde lo visual, sobre todo destacándose las ediciones especiales de los jugadores destacados en las jornadas de Champions League y Europa League. Vuelve el estilo tipo FUT Draft, en la que nos podemos quedar con un único jugador de una pre-selección de cinco. Como siempre destacan los íconos, con la presencia sobre todo de jugadores que destacaron en la historia de la UCL.

Una de las novedades para este año viene de la mano de las Division Rivals, es decir, el reemplazante de las tradicionales Temporadas. Básicamente la mayor diferencia es el emparejamiento con el rival, buscando que sea lo más justo posible. Son 10 divisiones, en las cuales a medida que vayamos ascendiendo, nos encontraremos con oponentes de mayor nivel, lógicamente. Nada muy revolucionario, pero que termina funcionando y haciendo que sea un desafío mantenernos arriba.

Los desafíos semanales y el FUT Champions es sin dudas lo que, con el correr de las semanas, evitará que el juego se vuelva monótono y aburrido. La intención con este modo es que juegues más y más semanalmente, para conseguir la mayor cantidad de premios y recompensas en monedas y puntos (¿o que compres más para ser competitivo?). El resto de los modos se mantiene casi inalterado; mientras que los servidores no nos causaron inconvenientes en lo personal. 8,5/10

Desde la inclusión del motor gráfico Frosbite las cuestiones cambiaron considerablemente para todos los videojuegos de EA Sports. El mayor cambio para el FIFA 19 vendrá desde unas hinchadas más reales, con recibimientos a todo color y animaciones especiales; hasta reacciones más realistas de los jugadores; e incluso cuestiones más finas como el perfeccionamientos de las manchas en los botines y movimientos más realistas de los alcanza pelotas. La aparición de entrenadores escaneados sigue sumando mucho.

La ambientación en los estadios es algo que está muy bien logrado. Carece el escaneado extremadamente preciso que tiene el PES con Anfield, por ejemplo, pero es compensado por todo lo que sucede en las tribunas. Recibimientos con mosaicos, gente agitando banderas, sacándose selfies, caminando por las escaleras. Todo parece una experiencia televisiva. ¿Y si al equipo le va mal en Modo Carrera? Las tribunas no están llenas. ¿Qué pasa si el Kun Agüero mete un gol? Se escucha el grito de “Sergio, Sergio” por parte de los Citizens. Brillante.

A la enorme lista de estadios oficiales, se le suma una gran cantidad de genéricos, que se amoldan bastante bien a clubes con gran presupuesto; y aquellos modestos que poseen su hogar con capacidad para menos de 10.000 espectadores. Así se logra una experiencia realista, más que nada en un Modo Carrera cuando se juega la FA Cup, por ejemplo, contra un equipo de cuarta división. Para completar la experiencia casi real, se incluyeron una enorme cantidad de marcadores tipo TV (y se espera que se añadan los de la Serie A de Italia y Superliga Argentina).

Las noches de Champions League fueron recreadas a la perfección. Los niños con la bandera enorme, los suplentes con las pecheras correspondientes, la entrada en calor; incluso modificando los parches de las mangas de las camisetas. La salida de los equipos a la cancha, con el posterior himno hace que jamás nos cansemos de jugar en esta competición.

Lo único que falla es la animación cuando se levanta el trofeo de campeones que ya cansa. Es la misma hace años, y es exactamente igual para una copa doméstica, que para el torneo de clubes más importante de mundo. Ese es el único asterisco que encontramos; junto a la iluminación de la pelota que, dependiendo la hora, a veces parece una mancha blanca. 9/10

Por sobre todas las otra cosas, éste es el verdadero golpe que deja KO al Pro Evolution Soccer 2019 a la hora de enfrentarlo al FIFA 19. Más allá de la inclusión de las competiciones europeas que son un plus enorme, posee las principales cinco ligas del mundo totalmente licenciadas, con una enorme cantidad de estadios en España e Inglaterra (¿La Bundesliga de Alemania sigue los pasos el año que viene?), y los marcadores oficiales.

Si bien entendemos que varias de esas cosas se pueden solucionar en PES con un buen Option Files, el común del usuario prefiere tener ya todo listo y funcionando a la perfección. Para los argentinos y latinoamericanos en general el mayor dolor vendrá de la mano de la ausencia de Boca Juniors y La Bombonera, teniendo que conformarse jugar con Buenos Aires FC, que ni siquiera posee los colores oficiales. Lo peor de todo es que no existe forma, al menos en las consolas, de cambiarlo.

En cuanto a estadios la oferta sigue creciendo año a año, con la vuelta, entre otros, del Signal Iduna Park y la aparición del majestuoso Mercedes-Benz Stadium del Atlanta United. España cuenta a partir de esta edición con 16 canchas, aunque sigue brillando por su ausencia el Camp Nou, exclusivo de PES.

Aun así nos encontramos con el Nuevo San Mamés, una debilidad del escritor de la nota, que nos hace remediar cualquier otro mal. Como punto final, ojalá algún día tengamos la CONMEBOL Libertadores/Sudamericana. 9,5/10