Puede parecer a priori que el fútbol y el marketing no tienen ninguna similitud, que la relación que mantienen es simple y puramente comercial.
Es cierto que se invierten miles de millones en publicidad y estrategias de promoción, usando como vía de comunicación todo lo que rodea al deporte rey, que se realizan innumerables apuestas fútbol en Betsson gracias a este tipo de promoción y se mueven millones de euros en merchandising y anuncios en todos los medios disponibles.
Pero, además, este sector profesional puede tomarse como referente en la forma de actuar que tienen los equipos en las competiciones y aplicarse sus acciones al entorno del marketing.
Esto es lo que el fútbol puede enseñar a los profesionales que se dedican a todo lo relacionado con la mercadotecnia.
Tener claro el objetivo y definir la estrategia de juego
Tanto el equipo de fútbol como el profesional del marketing debe salir al terreno de juego con un propósito firme y completamente claro. El primero es ganar el partido marcando goles y organizando una buena defensa. El segundo debe especificar hacia dónde va a dirigir sus esfuerzos, si a la fidelización de clientes, a las ventas de productos o servicios, a mejorar en la reputación…
Según la dirección que se tome se deberá planificar una estrategia de juego, un entrenador para el fútbol y un director de marketing para la empresa. Ambos tendrán la función de delinear los parámetros a seguir para tener éxito.
La derrota no es una opción y hay que trabajar en equipo
Ningún equipo sale al terreno de juego convencido de que va a perder, para todos los componentes de la formación la victoria es la única forma de volver a casa. La actitud del futbolista es la misma que debe tener el profesional del marketing, poseer la convicción absoluta de que va a conseguir sus objetivos.
Para lograrlo, tanto uno como otro se deberán apoyar en el resto de compañeros que forman el equipo. Ambos deben saber rodearse de los más capacitados, cada uno en su propio ámbito y entorno para crear una fuerza arrolladora.
El trabajo de ambos también consiste en crear una atmósfera constructiva, un ambiente positivo que favorezca la colaboración y el empuje en un mismo sentido.
Crear afición y vivir el trabajo con toda la pasión
Otro factor que hace que ambas profesiones sientan paralelismos es la necesidad de crear seguidores. La afición que sigue a un equipo de fútbol aporta energía a cada partido y eso, en muchos casos, es lo que se necesita para ganar.
En un negocio, los empleados, clientes, proveedores, colaboradores… todos ellos harán el mismo trabajo, apoyar la marca siempre que lo necesite. Por ese motivo habrá que hacerles partícipes, e incluso protagonistas, del proyecto, implicándolos todo lo posible.
En este sentido, nadie debería dudar que la pasión que cada cual demuestra en su trabajo es la mejor forma de hacer que otros se sientan incentivados, implicados y protagonistas. Es fundamental mantener viva la pasión en lo que se hace, en el fútbol conseguirá goles y en el trabajo logrará aumentar las ventas.