El mundo futbolístico ya no respira el mismo aire. Con el empate, Belgrano de Córdoba dio el gran golpe en el Monumental. Millones de fanáticos, hinchas o simpatizantes de uno de los dos clubes de fútbol más populares del país sufren la peor de sus pesadillas. River Plate, el equipo que más campeonatos logró en el torneo local finalmente -tras una larga “agonía”- descendió de categoría.
Esta es una noticia que excede por mucho lo deportivo, con repercusiones políticas, económicas y sociales de todo tipo. Los laureles de una institución con 110 años de historia en Primera División quedaron destruidos, después de perder la serie promocional con Belgrano de Córdoba.
Ni el más pesimista pensaba que se podía caer tan bajo. “River hace mucho tiempo que es un club en ruinas. Atraviesa un presente que tiene un pasado que lo justifica”, sentenció de manera lapidaria su ex técnico, Angel Cappa.
Descenso económico
El descenso al Nacional B provocará un gravísimo perjuicio en términos económicos. Desde el sitio Política en River, conformado por un grupo de periodistas que son socios, que se definen como “ni oficialistas ni opositores” sentenciaron: “River Plate puede perder hasta $30 millones (U$S 7,2 millones) anuales por derechos televisivos. La situación es escalofriante“.
Con el descenso, los de Nuñez sólo recibirían entre $3 millones (U$S 722 mil) y $4 millones (U$S 963 mil), aunque algunos afirman que podría ascender a unos 8 millones (U$S 1,9 millones). Por otro lado, los ingresos que cobra por publicidad disminuirían sus arcas en otros $30 millones (U$S 7,2 millones) y $40 millones (U$S 9,6 millones).
La valuación del plantel, de unos 77 millones de euros antes del descenso, bajará de manera drástica, a una cifra aún no definida. Y, seguramente, no recibirá ofertas del tipo de las que llegó a rechazar, como la del delantero Rogelio Funes Mori, por 6 millones de euros.
Por otro lado, sufrirá una caída por el menor precio de las entradas generales (de $40 -U$S 9,60- en la A, a $30 -U$S 7,20- en la B), si bien esta merma podría verse atenuada si su público acompaña masivamente su nueva odisea de retornar a la principal categoría. “El descenso provocará un impacto negativo muy fuerte, casi una herida de muerte“, sentenció Javier Corniola, director Operativo en el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires e hincha de River Plate.
Daniel Grunfeld, técnico de fútbol, socio de River y director de la agencia de marketing digital Latin-Ads, agregó los siguientes datos, como muestra del perjuicio económico que sufrirá la institución: habrá una caída en el valor de la “marca” River, que se traducirá en los ingresos por sponsoreo de las camisetas y publicidad estática del estadio; descenderá la venta del merchandising oficial que genera royalties importantes: ropa deportiva, merchandising no tradicional que se vende dentro y fuera de los estadios.
Habrá un eventual descenso en la cantidad de socios, hoy unos 80.000, o en la captación de nuevos; la cuota que pagan quienes van únicamente a la cancha tendrá que ser revisada.
No obstante, la desvalorización patrimonial de los jugadores es lo más destacable y, al mismo tiempo, lo más difícil de cuantificar. “¿Quién le asegura a un club europeo que un jugador en un River descendido, tiene el nivel necesario, si no está compitiendo en el campeonato mas importante? ¿Alguien conoce alguna transferencia importante al exterior de un jugador del Nacional B?“, se preguntó Grunfeld.
Pero la ausencia de River en la Primera División provoca otras heridas y cambios en el fútbol argentino. No sólo por el hecho de que pierde al equipo que más simpatizantes llevaba a las canchas en los últimos años. “El resto de los clubes va pugnar por un reparto diferente de la torta, sobre todo los más chicos”, vaticinó Corniola.
Grunfeld aportó otro dato: “desde hace años las encuestas muestran que River y Boca representan el 80% del mercado del fútbol argentino, el resto por sí solo, no mueve la aguja a nivel económico. Todos los equipos y, sobre todo, los chicos de Primera División, saben que se salvan cada vez que River va de visitante por la cantidad de gente que lleva. Ya no existirá mas ese ingreso”.
Presente económico
Los últimos estados contables revelaron un pasivo de $217 millones (U$S 52 millones) y un déficit de 80 millones de pesos (U$S 19 millones). En la actualidad, el club cuenta con aproximadamente 80.000 socios y presenta una morosidad que oscila entre el 10 y 15 por ciento.
A comienzos de abril, Passarella había asegurado que, durante ese mes, iba a brindar una conferencia de prensa para difundir los resultados de la auditoría que la consultora KPMG realizó sobre la gestión anterior.
“Les quiero decir a los socios que no me olvidé de lo que prometí y lo voy a cumplir. Tengan paciencia, no es tan fácil resolver los problemas que había en el club cuando llegamos“, señaló, en relación al informe de lo que encontró después de ganar las elecciones, en diciembre de 2009.
En ese mes, el antecesor de Passarella, José María Aguilar, dejaba un club devastado luego de ocho años de gestión y con fuertes sospechas de corrupción. Los temas que más lo comprometen son operaciones poco claras en la transferencia de algunos jugadores, como es el caso de Fernando Belluschi al Olympiakos de Grecia, el juicio que River heredó por no presentarse a jugar un clásico contra Boca en Bolivia y, por encima de ello, la supuesta doble facturación que se diera en la gestión del anterior presidente.
En una conferencia de prensa previa, en 2010, Passarella había definido al gobierno de Aguilar como “nefasto”. Y autorizó al departamento legal para que inicie acciones civiles contra él. De esas medidas judiciales nunca más se supo.
Además, con Aguilar, las barras bravas se disputaban el control de las tribunas, la reventa de entradas y el negocio del estacionamiento, un cuadro que no varió mucho con Passarella. Pasó el tiempo y no hubo noticias sobre la auditoría.
Pero el 23 de junio, en el último mensaje oficial luego del primer partido contra Belgrano, el club -a través de un comunicado- anunció: “La semana entrante (por esta), Daniel Passarella dará una presentación donde expondrá, capítulo por capítulo, todos los entretelones que condujeron a este presente, auditorias, balances y cada uno de los temas que socios e hinchas tienen derecho a conocer“.
Mientras se esperan los resultados de la misma, algo parecido sucede con el fideicomiso “Futuro Millonario I”, una propuesta financiera con la que River procura embolsar unos U$S 20 millones. El proyecto pasó por el filtro de los bancos Nación y Provincia (Bapro Mandatos y Negocios SA) ante los que fue presentado. La AFA, pese a que Passarella descargara su bronca con Julio Grondona por un par de penales no sancionados en el último superclásico, salió de garante del fideicomiso.
Por César Dergarabedian y Sebastián Albornos
Fuente: IProfesional