Para ciertos aspectos de la vida no existen términos medios. Algo así ocurre en Alemania, con uno de los clubes que más furor ha causado en los últimos tiempos. Yendo en contra de valores establecidos en la Bundesliga, se ha ganado varios enemigos en este último tiempo. Para cerrar un año histórico para ellos, la marca de bebidas energizantes Red Bull, que mantiene económicamente al equipo, ha adquirido el estadio del Leipzig.
A pesar que el nombre del estadio actualmente es Red Bull Arena (anteriormente denominado Zentralstadion Leipzig), la posesión edilicia no era de ellos. Por eso, en el día de la fecha han anunciado el acuerdo junto a Michael Kölmel, ex-propietario del club, para la compra-venta de las instalaciones. En todo este tiempo el mismo había estado siendo alquilado, pero los planes ambiciosos hicieron que se dé un paso adelante.
Cuando nos referimos a “planes ambiciosos”, queremos decir que está programada una expansión del estadio mundialista. La primera idea, y confirmada tras desistir en la intención de construir una nueva arena, es elevar la capacidad del mismo desde 42.558 a 57.000 espectadores. Aun así, todavía queda la aprobación de las autoridades locales, que darán el visto bueno, o malo, para comenzar las obras en 2018.