Ya sea por un fútbol que roza lo sublime, como es el caso del Barcelona. Ya sea porque el proyecto se ha llenado de estrellas mediáticas, como es el caso del Real Madrid. O ya sea porque el equipo ha cambiado de casa, tiene una en propiedad y es una gozada disfrutarla, como pasa con el Espanyol.
Por esto y por otras razones el conjunto azulgrana, el madridista y el blanquiazul ven como esta temporada ha subido la cifra de asistencia a sus estadios y ha aumentado el número de socios de los tres clubes, pese a la delicada situación económica, los horarios intempestivos de muchos partidos y a que cada vez hay más partidos televisados.
Una de claves es la fidelidad a ultranza a unos colores. Los aficionados prefieren ahorrar y apretarse el cinturón en otros apartados de su vida cotidiana, y seguir apostando por el espectáculo futbolístico.
“Mi teoría es que la gente tiene miedo de embarcarse en grandes inversiones, como una hipoteca de un piso o grandes viajes. En cambio, se dedica a ahorrar más y se puede permitir pequeños caprichos, como es el caso de acudir a un partido de fútbol“, argumenta el vicepresidente económico del Barça, Joan Boix.
Un análisis en el que coincide el responsable de marketing del Espanyol, Raúl Ciprés. “Ante la crisis la gente se decanta por un ocio más local, más al alcande se su mano y de su bolsillo. Ahora bien, este ocio tiene que ser de calidad y nosotros, con la comodidad del nuevo estadio se la estamos dando“.
En este sentido, en el Barça admiten que el buen juego azulgrana es el aspecto principal que alimenta la presencia de público en el Camp Nou. “Esta es la gran clave, que el espectáculo que se ofrece por la entrada es muy bueno“, asegura Boix.
De hecho, en la primera vuelta de la pasada temporada en el estadio azulgrana hubo algo más de cemento de lo habitual, a pesar de las exhibiciones del conjunto de Guardiola. Eso se ha subsanado este curso, con más de 77.000 espectadores de media. El Barça vende un 26% más de entradas que la temporada pasada, o lo que es lo mismo, unas dos mil localidades más por partido, de media. “No nos ha decaído ni siquiera el capítulo de ingresos por alquilar las salas del Camp Nou para reuniones de empresas“, se felicita Boix, que recuerda que la asistencia de público sí depende del momento deportivo pero que en los últimos años ha habido beneficios, tanto si el equipo ha levantado copas, como si se ha quedado en blanco.
Por lo que respecta al Espanyol, el efecto Cornellà ha resultado importantísimo. El 1 de febrero el club contaba con 35.557 socios, una cifra jamás alcanzada antes, ni en Montjuïc ni en el añorado Sarrià.
En el Real Madrid, la vuelta este verano de Florentino Pérez ha supuesto, como ya ocurrió en el 2000, año de su primera elección, un salto hacia delante, una manera de entender que este negocio sólo puede subsistir a lo grande, fichando a los mejores para renegociar al alza el contrato con los patrocinadores y los derechos de televisión e imagen.
Congeladas las cuotas sociales desde hace cuatro temporadas (los abonos suponen el 31,39% y las cuotas sociales el 8,68% de los ingresos del club), el Madrid experimentó la temporada pasada un descenso del 32% en el número de las entradas vendidas. Este verano, con la llegada de Cristiano, Kaká, Benzema y Xabi Alonso, gracias a una inversión de € 252 millones, la tendencia se ha invertido. El Bernabéu se llena prácticamente cada partido y Florentino negoció el pasado miércoles unas primas récord. Las vacas flacas no han llegado al Madrid.
Fuente: lavanguardia.es – Foto: eleconomista.es