Un año antes de que concluya el acuerdo por cinco años suscrito entre el FC Barcelona y Unicef el 7 de septiembre de 2006, la nueva directiva de Sandro Rosell ya se ha reunido con la plana mayor del organismo internacional de la ONU para la infancia con el objetivo de establecer las bases de una renovación aún más amplia, más sólida y más solidaria.
Como había avanzado Rosell en la campaña electoral, donde destacó la magnifica imagen mundial que el logo de Unicef ha añadido a la camiseta del Barça y a la dimensión universal del club, uno de los objetivos de su mandato era consolidar el acuerdo y proporcionar una mejor cobertura y eficacia a la relación.
Hace unas semanas, en el transcurso de un almuerzo de trabajo, el propio Rosell dirigió personalmente las negociaciones con los más altos cargos de Unicef, donde se destacó la enorme satisfacción de ambas partes antes de abordar los detalles del nuevo acuerdo, que se dio por seguro al término de la cumbre.
Mucho entusiasmo
La sintonía entre Barça y Unicef en ese encuentro fue más allá de la cordialidad y del entendimiento, hubo realmente química y un mutuo entusiasmo por ir más allá de los límites del primer acuerdo con vencimiento en septiembre de 2011.
Como la ayuda y la colaboración se canalizan a través de la Fundació FC Barcelona, sus principales responsables también estuvieron presentes en compañía de un personaje barcelonista con una dimensión muy especial, el ex directivo Evarist Murtra. Fue él quien convenció al entonces presidente Joan Laporta de renunciar a un patrocinador comercial de corte clásico, pero sobre todo de renunciar a cualquier tipo de publicidad.
Para Murtra, como defendió y sigue defendiendo desde su posición de peso e influencia en el entorno del club, la camiseta del Barça es sagrada y debe preservarse como un patrimonio único, casi espiritual y no ser empleada como un recurso atípico de ingresos, valorado hoy en día en una cantidad que giraría en torno a unos 30 millones. Por esa destacada sensibilidad, el nuevo presidente Sandro Rosell le transmitió su deseo de contar con él en esta primeras y positivas conversaciones para regenerar el acuerdo y prolongarlo lo antes posible.
El actual convenio contempla una aportación anual a través de la Fundació FCB de 1,5 millones para programas de Unicef en todo el mundo y 0,5 millones en activos publicitarios, también con carácter anual. Estos recursos se generan directamente a través de los ingresos de los socios y de la explotación mediante una donación anual a la Fundació del 0,7% de los ingresos ordinarios.
La cuestión de lucir el logo de Unicef en la camiseta es una potestad, no una obligación, del FC Barcelona, que no ha dudado, ni dudará, en seguir llevándolo más allá del primer año del acuerdo. Hoy ya no se entendería la camiseta del Barça sin el logo solidario, una acción elogiada en todo el mundo.
Nuevo enfoque
El interés de la nueva directiva es poder desarrollar a través de los programas y de la propia Unicef el máximo de ayudas a niños que guarden relación con el deporte como telón de fondo de estas actividades. Los dirigentes de Unicef se mostraron abiertos y receptivos al enfoque que la nueva directiva quiere dar a su papel en esta alianza que recientemente ha puesto en marcha la Fiorentina, eso sí después de comentar con el Barça su interés en replicar esta iniciativa única en el mundo.
Fuente: Mundo Deportivo