Si tiene problemas financieros en su casa, una alternativa -además de fugarse de su casa- es inspirarse en el Financial Fairplay Plan (FFP) que la poderosa FIFA y la UEFA, entidades ambas que agrupan a los clubes futbolísticos a nivel internacional y europeo, han diseñado para que las escuadras puedan sortear la crisis a partir de este año.
En rigor, de hacerlo, usted no sería el único: el Fondo Monetario, la Comisión Europea y hasta el Banco Central Europeo parecen haber copiado al pie de la letra el corpus esencial que dio origen a semejante monstruo ortodoxo, y que ya ha dado a luz a su primogénito: Grecia.
Según el flamante FFP, a partir de este año, los clubes de fútbol europeos no podrán presentar una desviación en sus presupuestos de ingresos y gastos superior a los 45 millones de euros.
En 2015 este requisito pasará a los 30 millones de euros. En las actuales circunstancias, Chelsea y Manchester City, por ejemplo, podrían perderse copas europeas porque no se admitiría que Roman Abramovich o los jeques de turno cubrieran los déficits con un cheque en blanco.
La idea que recorre todo el FFP es que los clubes deben sostenerse por sí solos, y que, para ello, es necesario que vivan con lo propio, sin esperar desembolsos galácticos o inversiones que podrían resultar sospechosas para cualquier investigador púber de lavado de dinero.
Es por eso que algunos, como el Fútbol Club Barcelona, ya tienen en cuenta esta nueva realidad y han comenzado a cuidarse a la hora de sumar estrellas. Eso sí, a Messi, le seguirán pagando los u$s 43 millones que ganó en 2011, lo que equivale a casi u$s 118.000 por día; poco menos de u$s 5.000 por hora.
De todas formas, el FFP establece que desde el año 2017, un club podrá invertir sólo el dinero que haya recaudado (o con mínimas desviaciones). Y he aquí lo interesante: lo vigilará un comité de control con poder suficiente como para vetar decisiones y tomar las que servirían en reemplazo al tiempo que controlará también que las “donaciones” que realicen los patrocinadores que tenga la entidad no sobrepasen el límite permitido.
Algo parecido ocurre con la zona euro. Grecia seguirá siendo toda una tragedia… obtuvo el dinero que andaba necesitando pero a cambio debió resignar soberanía financiera. Dicho de otra manera, la cuenta soberana del gasto público griego será de manejo “compartido” con la troika para conocer el destino de cada centavo gastado. Esta fue la exigencia central e irrenunciable de los socios europeos para extremar el control y desembolsar el dinero.
Sabemos lo que hiciste
Las pruebas están sobre la mesa y más de un analista ha puesto el grito en el cielo. En las semanas previas al rescate griego, las conversaciones giraron en torno a una cifra mágica: la deuda del 120% del PIB heleno al que quería llegar Europa en 2020 desde el 160% actual, lo que equivale a 350.000 millones en recortes varios.
Los ajustes, que se diseñaron en primera instancia como condición indispensable para el rescate, representan la otra cara de la moneda en lo que fue un experimento, hasta ahora, con final en suspenso.
Hartos de lo que consideraban promesas incumplidas por parte de los parientes de Aristóteles, Alemania y Francia presionaron finalmente para que se controle hasta el último centavo otorgado al gobierno griego. En rigor, propusieron compartir del tablero de control.
La figura más visible de esta férrea supervisión, algo parecido a la autoridad que ejercerá la UEFA de ahora en adelante con los clubes futbolísticos, consiste en “el refuerzo y la presencia permanente” del equipo de expertos de la Comisión Europea.
Este grupo, al que se le podrían añadir especialistas de los socios, asistirá a la troika formada por la UE, el BCE y el FMI que acude cada tres meses a Atenas para verificar sus progresos. Así, Grecia afrontará a partir de ahora una vigilancia todavía más estrecha. Es más: una norma del Consejo de Asuntos Económicos y Financieros (Ecofin) obliga a todos los estados miembro a presentar a Bruselas, como muy tarde el 15 de octubre de cada año, un proyecto de plan presupuestario para el ejercicio siguiente.
Por un lado, y poniendo un pie en el planeta fútbol, la época de los fichajes extraordinarios se acaba. Según las conclusiones del estudio Football Transfer Review, de la consultora Prime Time Sport, las cinco grandes ligas europeas (España, Italia, Inglaterra, Francia y Alemania) han reducido un 44,8% los gastos en incorporaciones de jugadores en el mercado.
Por otro, de ahora en más, Grecia no podrá tomar decisiones y deberá recortar drásticamente sus gastos. Lo mismo deberá hacer cada país de la zona euro que necesite un rescate.
Si bien las medidas adoptadas podrían llevar a la idea de que Grecia no necesita más ayuda, hasta ayer a última hora se seguían agregando voces de alerta (Krugman dixit) que vaticinaban la salida de Grecia del euro. De ser así, el país heleno necesitará a un Messi al frente del ministerio de Finanzas. Caro pero el mejor.
Por Julián Guarino
Fuente: Cronista – Foto: guim.co.uk