La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) anunció hoy que está investigando los pases de los futbolistas Jonathan Bottinelli a River Plate e Ignacio Piatti a San Lorenzo (foto), debido a que se se detectaron “irregularidades” en ambas transferencias.
En el caso del defensor, el organismo que conduce Ricardo Echegaray informó que “inició contacto” con las autoridades fiscales de Chile “para verificar si los fondos derivados de la operación podrían ser remitidos a paraísos fiscales como podría ser las Islas Vírgenes”.
“Gracias a la Declaración Jurada Anticipada de Servicios (DJAS), una nueva herramienta implementada por AFIP, se detectaron irregularidades en algunas transferencias de jugadores de fútbol de Primera División”, indicó la AFIP en un comunicado.
Bottinelli, por el que River compró el 60% de su pase en 1.700.000 dólares, aparecía anotado como jugador del Unión San Felipe de Chile, pese a que nunca se desempeñó en ese equipo.
El club de Núñez, además, deberá abonar 550.000 dólares extra si el ex San Lorenzo juega al menos cinco partidos en el Torneo Inicial.
“Se sospecha que se llevó a cabo una maniobra de opacidad fiscal que permitiría ocultar los verdaderos valores de transacción así como los intervinientes” en la operación, consignó el organismo.
Agregó que “el contrato prevé una transferencia de fondos a un banco ubicado en Miami” y que se investiga que Unión San Felipe “podría tener lazos comerciales con firmas constituidas en las Islas Vírgenes”.
“La operatoria brinda un marco poco transparente, dado que permitiría ocultar posibles pagos de comisiones a sujetos intervinientes en la misma (inversores / representantes), sumado al agravante de salida de divisas que estos contratos conllevan”, puntualizó la AFIP.
Por otra parte, se busca determinar si el pase de Piatti se realizó en forma irregular ya que llegó a San Lorenzo desde el Lecce de Italia, pero su pase pertenecía llamativamente al club Sud América de Montevideo, de la Segunda División del fútbol uruguayo.
San Lorenzo compró el 25% de la ficha del volante en una cifra cercana al millón de dólares.
Fuente: Cronista