Parece difícil que Pep Guardiola vuelva a encajar en un club como lo hizo en el Barcelona, pero el nuevo desafío que el técnico español afrontará a partir de julio en el Bayern Múnich está diseñado exactamente a su medida, como uno de los trajes ajustados que popularizó el técnico catalán.
El club bávaro es con diferencia el más exitoso de Alemania y uno de los más ricos del mundo. Pero también una institución reconocida por su seriedad y el ambiente de gran familia, su creciente apuesta por las divisiones inferiores y una cultura de trabajo que encaja a la perfección con la que distinguió a Guardiola.
“No puedo imaginarme una pareja mejor”, comentó el legendario Franz Beckenbauer, presidente honorario del Bayern Múnich, sobre la futura cooperación entre el director deportivo Matthias Sammer y el flamante entrenador.
El Kaiser, símbolo de la gloria del club, celebró el fichaje de Guardiola hasta el 2016 como sucesor de Jupp Heynckes. Cuando Pep asuma su cargo el 1 de julio en las imponentes instalaciones del Bayern Múnich podrá afrontar obstáculos de muchos tipos -idiomáticos, por ejemplo-, pero sin duda no tendrá trabas económicas: el club viene de cerrar un ejercicio récord con un beneficio de 69,3 millones de euros y una facturación de 332,2 millones, la mayor en sus 112 años de historia.
Un club boyante en la cada vez más pujante Bundesliga, regida por estrictas normas de gasto dentro de los clubes y con los estadios más llenos de toda Europa.
Posiblemente, Guardiola no contará con estrellas del nivel de Lionel Messi, Xavi o Iniesta, claves en sus 14 títulos con el Barcelona, pero a cambio dispondrá de internacionales como el holandés Arjen Robben o el francés Franck Ribéry, además del portero Manuel Neuer, uno de los mejores del mundo, y del español Javi Martínez, fichaje récord en la historia de la Bundesliga.
Junto a ese perfil internacional, el Bayern Múnich viene reforzando en los últimos años su trabajo con la cantera, una especialidad de Guardiola. El club cuenta con una academia y viviendas para jóvenes talentos, en un programa del que salieron titulares del primer equipo como Bastian Schweinsteiger, Philipp Lahm o Thomas Müller.
Que también el Bayern de Múnich es más que un club -como se define el Barcelona en su slogan- se demuestra en la estructura de su directiva: tanto Beckenbauer como el presidente Uli Hoeness y el jefe de la junta directiva Karl-Heinz Rummenigge son ex jugadores íntimamente relacionados con la entidad y símbolos de su pasado glorioso.
Con un palmarés que incluye 22 Ligas, 15 Copas Alemanas, cuatro Ligas de Campeones europeas y dos Intercontinentales, el Bayern afronta ahora una incómoda travesía por el desierto y viene de encadenar dos temporadas sin títulos.
Heynckes aliviará a Guardiola parte de la presión: el Bayern afronta la segunda mitad de la Liga con una ventaja de nueve puntos en el liderato y sin un equipo que le haga sombra en Alemania. Parece difícil que se le escape la Liga y tiene al alcance la Copa.
A nivel europeo, sin embargo, el panorama es bien diferente. Su último título internacional fue la Champions League de 2001, hace ya 12 años, al superar al Valencia en la tanda de penaltis. Y para agravar ese trauma, perdió el año pasado su final del torneo contra el Chelsea en su propio estadio. En la edición actual jugará los octavos de final contra el Arsenal.
Volver a levantar el mayor trofeo del continente será sin duda el gran desafío de Pep Guardiola en su nueva etapa y la medida de su éxito en el Bayern de Múnich. El catalán, que con el Barcelona ganó dos de las cuatro Champions que jugó, parece saber el secreto de la gloria. Y es que si el Bayern se presenta como el equipo diseñado para Guardiola, el técnico tiene todos los ingredientes que buscaba el club para lograr su objetivo: recuperar su lugar en primera línea del fútbol mundial.
Fuente: La Voz de Galicia