La Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) desvió parte del dinero recaudado con la disputa de amistosos de la selección nacional a empresas registradas en Estados Unidos a nombre del actual presidente del Barcelona, Sandro Rosell, según asegura hoy una investigación del diario O Estado de Sao Paulo.
Según el corresponsal del rotativo en Europa, Jamil Chade, así lo demuestran documentos a los que el diario tuvo acceso en forma exclusiva y de fuentes no identificadas.
De acuerdo con la versión periodística, el desvío de dinero comenzó en 2006, cuando la CBF era presidida por Ricardo Teixeira. El dirigente, quien también integró el comité ejecutivo de la FIFA, dejó ambos cargos al verse involucrado en los escándalos de corrupción que sacudieron en los últimos años al ente rector del fútbol mundial.
Teixeira es amigo personal de Rosell, quien fue representante de la marca Nike en Brasil, una de las patrocinadoras de la CBF.
El medio señala que a raíz del crecimiento del prestigio del fútbol de Brasil, único país pentacampeón del mundo, la cotización de la participación de la amarelinha en amistosos internacionales fue en aumento. Así, a partir de 2006, la seleçao llegó a cobrar “al menos un millón de dólares por amistoso”.
La CBF tiene contrato con la empresa saudita ISE, que actualmente ostenta los derechos de organización de los amistosos de la selección brasileña, y que tiene sede en las Islas Caimán.
Uno de los documentos citados por el medio es un precontrato firmado por la ISE para negociar 24 amistosos con la empresa Uptrend Development LLC, que tiene sede en Nueva Jersey y está registrada a nombre de Alexandre R. Feliu, que es, según Chade, el “nombre oficial de Sandro Rosell Feliu”.
El esquema de desvío de dinero, agrega, funcionaba mediante la transferencia a ISE de unos 1,6 millones de dólares por concepto de lucros por cada partido. De ese total, unos 1,1 millones eran “devueltos” a la CBF como pago del caché, y el resto no era contabilizado por la entidad, sino que se enviaban a las empresas de Rosell.
Según el contrato, por 24 partidos se le pagaría a la empresa en Estados Unidos unos 10,9 millones de dólares, lo que supone un monto de unos 450.000 dólares por partido.
El informe agrega que la implementación de esa práctica fue “copiada” de Argentina, donde fue fundada por el presidente de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA), Julio Grondona.
La CBF, agrega Chade, obtuvo copias de los acuerdos que Argentina firmó para desviar dinero proveniente de amistosos internacionales y partió, junto a Rosell, en busca de socios para promover partidos similares de la selección brasileña.
Rosell ya fue denunciado por prácticas ilícitas en Brasil. Según informó el diario Folha de Sao Paulo en marzo pasado, la Fiscalía denunció al dirigente por beneficiarse en forma ilegal con un contrato sin licitación firmado por su empresa Ailanto Marketing y haber usado un documento falso para demostrar su capacidad de organizar un amistoso entre Brasil y Portugal, jugado en Brasilia en 2008.
En la denuncia, presentada por la Fiscalía de Brasilia, está involucrado además el ex gobernador del distrito federal José Roberto Arruda, desalojado del poder en marzo de 2010, luego de permanecer en la cárcel por dos meses por cargos de corrupción.
Fuente: La Vanguardia