Robos fantasma e inexistentes y estadios repletos. Un tren de alta velocidad con un recorrido imaginario. Récord de turistas y obras terminadas. Denuncias artificiales y un Mundial en el que todo luce fantástico. Este es el resumen de la película oficial. Para la FIFA, las cosas son así, más allá de que alguien exprese lo contrario. Aquí, una enumeración de ambigüedades y contradicciones que se encontraron a lo largo del certamen:
1. El robo fantástico
Bheki Cele es el jefe de la policía sudafricana a quien el organismo de fútbol desmintió tajantemente cuando informó sobre un robo de siete réplicas de la Copa del Mundo en las oficinas que la federación levantó en Sandton, a unos metros de la plaza Mandela. El hurto fue hace diez días, y no bien Cele dio a conocer la noticia los voceros de la FIFA refutaron la versión de la autoridad máxima de la seguridad del país.
Pero Julio Grondona metió la pata en un acto fallido. “Fueron siete copitas, nada más“, minimizó el presidente de la AFA en el restaurante Piccollo, en el tercer piso del Michelangelo Towers. En el hotel Michelangelo se hospedan las autoridades de la FIFA, entre ellas Grondona. Los precios de las habitaciones van de los 450 a 1700 dólares por noche.
2. La cantidad de visitantes
En alguna reflexión imprecisa, la FIFA había sacado cuentas y anunciaba que unos 450.000 turistas iban a desembarcar en Sudáfrica durante el mes de competencia. No fue así: la Cámara de Turismo informó que la afluencia de visitantes no superó los 200.000. La recesión económica en Europa, las constantes alertas por la inseguridad y la pronta eliminación de algunos seleccionados influyeron en que la estadística no haya superado ni siquiera la mitad de lo inicialmente estimado.
3. Estadios nunca llenos
El rostro más sensible de la FIFA oculta una saga de intereses y oportunistas. Todo aquel que siguió algún partido se habrá percatado de que los estadios jamás lucieron completos. Ni siquiera en el juego inaugural entre Sudáfrica y México. No fue más que el afán de escenificar multitudes lo que llevó a la organización a regalar miles de ubicaciones a último momento para los chicos de las escuelas públicas.
Hay tres razones centrales por las que los estadios no se llenaron: A) Los precios de las entradas son a veces inalcanzables para la clase media y baja sudafricana, la más fanática de la pelota. En este país el 50 por ciento de la población es pobre y un 24 por ciento desempleado, según los informes CIA World Factbook. B) La FIFA afronta algunos embates legales iniciados por empresas que invirtieron dinero en paquetes de hospitalidad que después iban a ser comercializados a un precio mayor por los agentes FIFA. Entre las empresas, se destaca la gasolera Sasol. En el diario local The Star , voceros de Sasol dijeron que la pérdida ocasionada es de 500.000 dólares. C) Lo que más inquieta a la gran industria del fútbol son los sitios ilegales que ofrecen entradas vía web. Se activó una exhaustiva investigación sobre una agencia noruega, que habría estafado a miles de personas.
El secretario general de la FIFA, Jerome Valcke, dijo que se vendieron el “97 por ciento de los tickets“. Grondona ratificó esa cifra y disparó contra algunos sponsors. “Algunas empresas compraron paquetes de entradas que no usaron y por eso hay sectores que se ven vacíos en los estadios“, sostuvo el dirigente.
4. Denuncias artificiales
Match Hospitality Services es una empresa suiza que explota los servicios de ticketing, movilidad y hotelería de la FIFA durante el Mundial de Sudáfrica. De acuerdo con una publicación del diario inglés The Guardian, el sobrino de Blatter, Philippe, se unió a Match Hospitality a través de la compra de acciones a partir de una firma británica que él mismo preside. Pero hay más vinculaciones: el hermano de Danny Jordaan, el presidente del Comité Organizador, habría sido favorecido por la empresa Match Services en la concesión de servicios en la sede Puerto Elizabeth, según denunció el Mail & Guardian. Los hermanos Jordaan, por su parte, desmintieron las acusaciones y dijeron que se trató de “una mentira” de la prensa.
Sudáfrica pronto se despedirá del Mundial, a pesar de que aún mantiene las postales de ser un país en construcción. Las obras para poner en marcha el tren de alta velocidad continúan intensas tanto como las remodelaciones en los aeropuertos y las autopistas. Blatter y el presidente Jacob Zuma (foto) escenifican un afecto y se muestran siempre juntos, como lo hicieron en el discurso inaugural. Da la sensación de que Sudáfrica le ha cedido por unos días su soberanía a la gran industria del fútbol.
Según Blatter, Sudáfrica puede sentir orgullo
“Sudáfrica puede estar orgullosa de haber organizado este Mundial“, afirmó el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, aunque avisó que aún quedan dos partidos antes del auténtico balance. “No hemos terminado todavía, pero soy un presidente satisfecho“, añadió el suizo.
Por Nicolás Balinotti
Fuente: Cancha Llena – La Nación – Foto: deportes.orange.es