El Estadio Maracaná no permitirá aficionados sin camiseta o viendo partidos de pie en el torneo local, que comienzan a disputarse en el legendario estadio a finales de mes, luego de que el Fluminense firmara un contrato para jugar allí por 35 años, informó este jueves un responsable del complejo.
El consorcio privado que administra el estadio prepara un manual de “ajuste de conducta” e instalará rejas temporales para dividir sectores para el Campeonato Brasileño 2013, que serán removidas para el Mundial 2014.
“Vamos a conversar con los clubes para el cambio de hábitos, me refiero a bambús (como astas de banderas), tambores, ver los juegos de pie“, dijo Joao Borba, presidente del consorcio Maracana S.A., que recibió la concesión del estadio por 35 años.
En el estadio Fonte Nova de Salvador, también sede del Mundial, unas 240 sillas fueron destruidas por hinchas molestos con su equipo durante dos partidos celebrados antes de la Copa Confederaciones. El consorcio es responsable de cualquier daño al Maracaná, que será cedido a la FIFA para el Mundial.
El primer partido entre clubes en el legendario estadio se celebra el 21 de julio entre Fluminense y Vasco. El ‘tricolor’ firmó un contrato para jugar en el Maracaná por 35 años.
“El Fluminense está orgulloso y la nación ‘tricolor’ está orgullosa de que estemos regresando a casa“, celebró su presidente Peter Siemsen, citado en el sitio web del club.
El acuerdo contempla que el ‘Flu’ se quede con la renta de 43.000 asientos (56,6% de la capacidad) -detrás de los arcos y los córners- y quede exento de pagar alquiler y gastos de juego. También podrá instalar una tienda de productos oficiales.
Por otro lado, Maracaná S.A., que ganó la concesión en medio de protestas y batallas legales, gana por la venta de 35.000 asientos, incluidos los palcos VIP y las áreas más costosas, y la renta de los bares, restaurantes y estacionamiento.
El consorcio negocia también un contrato con el Flamengo, que rechazó la primera oferta similar a la que aceptó el ‘Flu’, y podría recibir un negocio mejor.
Entre las empresas que conforman el consorcio que administra el estadio está IMX, del magnate brasileño Eike Batista, cuyo imperio está en crisis después de una fuerte caída en el mercado.
Fuente: nacion.com