El estadio Camp Nou del FC Barcelona se reformará de arriba a abajo para acabar convertido en una especie de ‘Bombonera’: será un estadio mucho más cerrado, más vertical, con todas las localidades cubiertas de la lluvia y una capacidad para 104.000 espectadores.
Son los grandes trazos del proyecto de reconstrucción del campo que más convence a la directiva, más partidaria de reformar el Camp Nou que de construir un nuevo estadio.
La junta ya tiene sobre la mesa todos los detalles de las propuestas, y la más viable es la que contempla transformar a partir de la primera gradería, que perdería localidades, pero sería mucho más vertical e inclinada. Esa pérdida de localidades se compensaría en la tercera gradería, que crecería hacia arriba y que quedaría igualada: el gol norte, el gol sur, la tribuna y el lateral tendrían la misma altura y todo el campo quedaría cubierto.
La reforma contemplará numerosos cambios de localidad, pero el club confía en solucionar los problemas que puedan surgir cuando los abonados reclamen mantener su localidad. Los más afectados serán los socios de primera y segunda gradería. El aforo crecerá hasta los 104.000 espectadores de máxima, cifra que colocaría al Camp Nou como el segundo recinto puramente futbolístico más grande del mundo, solo superado por el Estadio Azteca de México.
También se ampliarán el número de palcos VIP, porque se trata de una de las mayores fuentes de ingresos con las que el club espera ir amortizando el gasto. El aspecto que ofrecerá el nuevo Camp Nou será el de un campo más cerrado y con una visión más vertical del césped, según los planes que ya estudia la directiva.
Se trata de proyectos de volumen, planos en tres dimensiones que estudian la viabilidad de la reforma sin necesidad de construir una maqueta tradicional. Entre las empresas que han presentado proyectos para esta primera fase del aparecen Icon y el estudio del arquitecto Albert Blanch, que ya se encargó de la reforma del ‘Picadero’ y de la construcción del Auditori 1899.
La primera idea de Sandro Rosell, presidente del Barça, y una de sus máximas ilusiones como titular, era construir un nuevo estadio de cero. Hubiera sido el gran legado de su mandato, pero el resto de directivos, especialmente los más implicados en el proyecto y los más versados en arquitectura y urbanismo, le convencieron de que lo mejor para el club era llevar a cabo una reforma total del estadio.
El Barça presentará dos opciones al referéndum que se celebrará, si se cumplen los plazos previstos, a lo largo del primer trimestre del 2014. La reforma no solo afectará al estadio, sino que supondrá un cambio total de todas las instalaciones del Barça en Les Corts.
Se construirá un nuevo Palau Blaugrana, con capacidad para 10.000 espectadores, donde ahora se levanta el Mini Estadi. El club pretendía erigir un Palau con un aforo entre 15.000 y 20.000 espectadores, para que pudiera acoger conciertos y convertirse en una fuente extra de ingresos, rivalizando incluso con el Palau Sant Jordi como referencia en la ciudad, pero la propuesta se ha descartado porque disparaba el presupuesto.
El club también estudia construir un pequeño pabellón, anexo al que será el nuevo Palau, para acoger partidos más minoritarios o algún entrenamiento. La zona que ahora ocupan el Palau Blaugrana y el Palau de Gel se dedicará a ampliar el área social y a ampliar la tienda oficial. Desaparecido el actual Mini Estadi, el plan es construir un campo similar (aunque más pequeño, con un aforo aproximado de 10.000 espectadores) en la Ciutat Esportiva de Sant Joan Despí, que también verá aumentado el número de pabellones de entrenamiento.
Por Javier Giraldo
Fuente: Sport