El sueño de ser la próxima gran estrella, de ganar un trofeo con el club del que sos hincha, de llevar a tu selección a lo más alto del mundo. No hay niño fanático del deporte que alguna vez no haya cerrado los ojos y soñado con alguna de estas situaciones. Una gran forma de comenzar a dar los primeros pasos es mediante un campus de fútbol, para aprender bien las bases de este deporte.
Ingresar al mundo del fútbol
No siempre es tan sencillo lograr practicar un deporte; y más aún cuando éste se desarrolla en equipo y es necesario un equipamiento específico. Los campus dan una plataforma para que esta introducción sea mucho más sencilla, brindando las bases necesarias. Además de eso, también es un gran espacio para compartir con otros jóvenes la pasión por el fútbol, generar nuevas relaciones de amistad y sumergirse de lleno en la cultura futbolística. Más allá del deseo de llegar a ser un gran jugador, nunca hay que dejar de lado los buenos recuerdos y momentos que se pueden llegar a vivir en la infancia.
Más habilidades, más oportunidades
¿Cuál es el principal beneficio de asistir a uno de estos campus? Básicamente, mejorar tus skills. Durante los días en los que se extienda, se desarrollarán numerosas actividades y ejercicios que ayudarán a que el jugador aprenda nuevas técnicas, perfeccione otras, entienda nociones básicas del juego (posicionamientos, tácticas, comunicación dentro del terreno de juego, etc.), y mejore su estado físico para poder rendir al máximo los 90 minutos de cada partido.
Todos estos upgrades se verán reflejados en la performance durante los encuentros que se disputen ahí y más adelante. Cada alumno que completa los campus recibe un título, que suele ser bien recibido por clubes que buscan nuevos talentos. Inclusive, son muchas las instituciones deportivas (FC Barcelona, Inter Milan, Juventus, Manchester City, entre tantos otros) que patrocinan este tipo de actividades para encontrar la próxima joya.
Desarrollo Integral
El crecimiento personal es otro de los puntos focales. Tal como mencionamos, en los campus de fútbol no se busca únicamente que los asistentes mejoren sus habilidades dentro del verde césped de juego. Se busca que los chicos se relacionen con otros, mejorando el trabajo en equipos y sus habilidades de intercomunicación; mismo también añadiendo valores como el respeto, la disciplina y la perseverancia que los llevará a convertirse en grandes profesionales, ya sea dentro de mundo del fútbol, como en el resto de la vida laboral y social.
Equipamiento: una necesidad resuelta y un gran recuerdo
Es imposible jugar al fútbol sin camisetas. Es lo que nos identifica, lo que nos une y nos da orgullo vestir. Todo campus tiene sus equipaciones especiales, que serán vestidas durante las jornadas, ya sea para entrenar, o mismo disputar el partido. Muchos de ellos ofrecen el kit con el uniforme completo: camiseta, pantalones cortos y medias; además de ofrecer una bolsa donde llevar todo esto. No sólo que sirve para la posteridad, sino que también genera una gran memoria para el futuro, convirtiéndose en una pieza de colección personal.
Cabe destacar que, si el campus está apadrinado por un club de fútbol, en muchas ocasiones estas prendas tienen la licencia oficial de los equipos, llevando su escudo e incluso pudiendo ser los mismos uniformes de juego que usan en los partidos de cada fin de semana.
Potenciar jóvenes
Si bien los campus pueden ser más recreacionales y para primeras instancias, lo cierto es que también existen ediciones que se centran en jugadores adolescentes o jóvenes adultos, que ya tienen una carrera encaminada y buscan perfeccionar su juego para dar el salto final hacia los grandes clubes profesionales. En ellos la exigencia es mucho mayor, tanto de habilidades, como física y mentalmente. Ojeadores de clubes suelen asistir a estos para intentar sumar más talento a sus plantillas.